Día 2 Campus: ¡Con loh terroristah!

Otra noche aquí me encuentro, entre el viento duro de Chipiona chocar contra las ventanas y el sonido de las olas del mar cuando está subiendo la marea. Escribir esta crónica me gustará mucho porque el día empezó mal pero acabó de forma estupenda, como todos los finales felices de cuentos infantiles.

La pasada noche, la primera, tuvimos unos desafortunados momentos. Es el primer día, nerviosos muchos niños por ser la primera vez que se separan de sus padres, en el cuarto con sus amigos,… podemos poner muchas excusas, pero nos desarmamos en demasía. Lógicamente, a la mañana siguiente, recibimos quejas pero nada que no se pudiera subsanar, entendieron en el albergue que era nuestra primera noche. Primera charla con los niños en las que tuvimos que ser firmes con el horario de silencio dentro de los cuartos. ¡No se puede hablar pasada la medianoche! Lo tenían claro y lo llevaron a la práctica. Aprendieron del error para convertirlo en un futuro acierto. De todo aprendemos. Les ha servido para ser mejores.




A la mañana siguiente, la monitora Milagros fue la encargada de levantar a todo el mundo para ir a desayunar y de echar algunas fotos recién levantados. Qué risas. Lavarse la cara, ponerse la ropa deportiva y en marcha que otro día deportivo nos esperaba. Tras desayunar nos fuimos a la playa, tocaba perfeccionar el tiro tumbados en la arena. Que mejor manera. Tras esta breve iniciación nos fuimos al pabellón a pulir más intensamente los detalles. Menos mal que ya teníamos aprendido el camino del albergue al pabellón y se nos hizo más llevadero.

Como siempre, llegar al hotel y directos para almorzar. Qué rica estaba la pasta a la boloñesa. Después nos fuimos a la playa donde estuvimos jugando al fútbol, vóley, tenis,… y sobre todo a chapotear sobre las olas. Ismael y Raúl Montalbán se convirtieron en los héroes de la tarde al recoger unas sombrillas que salieron volando de unas personas que estaban bañándose. Corría viento. Tras la segunda sesión de baloncesto por la tarde, aprovechamos para ir perfilando el taller de periodismo. Celia le puso mucho entusiasmo con la crónica del día que iremos subiendo también al blog. Álvaro y Alex se encargaron de hacer el resumen diario para los más mayores.

Cambiamos el taller de manualidades por un merecido descanso en el césped de un parque. ¡Lo necesitábamos! Pero nada, en poco tiempo ya estábamos otra vez jugando al 1x2 con la pelota de vóley pero con la inclusión de castigos para los perdedores. Ismael se marcó un baile sexi agarrado a las barandas, el monitor Antonio tuvo que bailar en kaingaskain o como se llame en medio del parque delante de dos mujeres y la monitora Estefanía paró el tráfico para cruzar por un paso de cebras haciendo el mono, literalmente. Todo un espectáculo. La merienda fue unos pastelitos y un zumo. Y ya vuelta al hotel a cenar… para algunos porque Alex perdió las llaves y tuvo que volver con Antonio a buscarlas al parque. Menos mal que a última hora la encontramos. A la vuelta nos encontramos a Raúl con los pies azules porque se le había derramado la crema protectora en las chanclas azules. Parecía un pitufo.

Tras la cena tuvimos la competición de baile donde Nerea, Lucia y Carmen María nos deleitaron con un estupendo baile; Dario, Antonio, Ana, Rocio Larriba, Rocio Torné, Claudia, Isabel,… bailaron una de David Bisbal sin música por fallos técnicos; y los chicos hicieron el afamado Harlem Shake.

Para cerrar el día, nos pusimos en la piel de Risto Mejide para hacer Tú Sí Qué Vales. Alba, María Cazorla, Francisco e Isabel fueron los ganadores de la noche gracias a sus desternillantes teatros y sobre todo al musical final.

Y digo que termino feliz el día porque he visto la sonrisa de todos los pequeños antes de meterse en el cuarto. Donde ahora duermen tranquilamente, sin hacer nada de ruido. Son unos campeones y han demostrado que algo que esta negativo lo pueden convertir en positivo en tan sólo unas horas.

Las 1:36… me voy a dormir ya que mañana nos espera otro grandioso día de Campamento.